sábado, 24 de marzo de 2012

Mi (pequeña) visión del conocimiento.

Al pensar sobre las grandes cuestiones de la vida me pregunto si de verdad son esas y no otras. Me refugio en la incertidumbre para intentar observar más allá de lo que he aprendido, poniendo especial atención en aquello que no aparece en los libros y sacando mis propias conclusiones. Es sumamente interesante tener un punto de vista propio sobre el mundo que nos rodea, sobre sus gentes, sus costumbres, la muerte... Esta es mi concepción del conocimiento humano. Podrá ser irreal y fruto de la imaginación más terrenal. Pero ¿Por que no?:
A lo largo de los años he aprendido a concebir el mundo de una manera mas escéptica, he estado más atento a todo lo que pasaba a mi alrededor y, resultado de ello, he llegado a una conclusión irrefutable en mi pensamiento: Se equivocan.
Nuestro conocimiento, del que el ser  humano alardea posicionándose en por encima de todas las especies conocidas, se basa en un continuo cambio de rumbo, cada uno más distinto del anterior, que se establece con fuerza en cada periodo de nuestra existencia. Con esto me refiero a las continuas formas de pensar, de ver el mundo, que han ido avanzando a lo largo de nuestra presencia en la tierra, siendo la última, la verdadera. Religión y ciencia: Inventos hechos para crear confusión. 
Siendo pasto del temor me pregunto que pasará cuando otro cambio de rumbo tenga lugar en nuestro pensamiento ¿Todo lo que hoy se afirma con gran entusiasmo, será mañana una estúpida falacia? Tantos conocimientos tirados a la basura, tantas vidas dedicadas por completo a  cimentar la verdad de la época, para que nosotros, los inteligentes humanos, volvamos a cambiar.
Cuando las preguntas se respondían con simples venganzas divinas, la sociedad no se imaginaba que todo eso, siglos después, sería objeto de burla por estudiantes de otras nuevas creencias. ¿De verdad es más racional creer en imágenes hechas íntegramente por ordenadores para demostrar el universo, que en la existencia de entes sobrenaturales? No defiendo ni la una ni la otra, solo protego el sentido común.
Cuantas verdades convertidas en mentiras, mentiras resucitadas y estudiadas por los grandes científicos y sensaciones desechadas del mundo del conocimiento. Tropezando día tras día con la misma piedra no vamos a llegar a conocer ni un ápice de la verdad. Intentando ver lo que hay más allá, sin ponernos de acuerdo en lo que hay aquí,es inútil.
Quizás esa carrera por llegar a la "Nada" no está tan lejos. Posiblemente esté en nuestros libros de texto.


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