miércoles, 1 de agosto de 2012

Apagad la luz, la tierra quiere que estemos a oscuras.

Hacia ya bastante que no dedicaba algo de tiempo a este espacio en la "red" que tengo la oportunidad de elaborar desde mi propia perspectiva, pero no desde mi propio control. Sin embargo esto no significa que mi vida no haya sufrido algunos cambios que paradójicamente, y pidiendo disculpas por la redundancia, no son literalmente cambios, simplemente elementos que un plan que ha salido a la perfección: me voy a la universidad.

Bienvenidos a lo que ya conoces; estudiar. Otra etapa en la vida de cualquier ser en el que el simple hecho de hacer lo que llevas haciendo toda tu vida parece, en este momento de supuesta "madurez", mas atractivo por el hecho, entre otros, de hacerlo lejos de tu hogar. Mentiría si dijera que no me hace ilusión este "cambio" en mi vida, pero me hago la pregunta de si estas ganas repentinas de hacer lo que hace un par de meses atrás echaba por tierra es producto de la gran campaña de publicidad que he sufrido desde pequeño:
"Y tu: ¿Que vas a ser de mayor?"

Este ansia por hacernos estudiar algo no tiene como fin el realizarnos como personas, sentirnos a gusto con la simple sensación de reflexionar o pensar tranquilamente sobre temas vitales sino prepararnos para lo que nuestra vida nos deparará. El trabajo. Realizar una actividad repetitiva y remunerada para utilizar ese dinero en consumir artículos escasamente servibles para nuestra vida pero que, gracias a otra gran campaña de publicidad, son etiquetados como inaprensibles e indispensables. Hace pocos días escuchaba como el televisión afirmaban, con tono informativo, que las compras eran el medio perfecto para llenar ese vacío que en ocasiones sentimos las personas. El hecho de tener una vida vacía e intentar llenarla de basura comercializada como recetas de felicidad es digno de ese vacío, que a su vez se intenta volver a llenar con la misma basura. La persona no consigue la felicidad, es un hecho demostrable, pero su dinero se lo ha regalado a las grandes corporaciones internacionales que se alimentan precisamente de eso, el vacío de las personas. Yo cuando compro algo no lo hago por que esté triste, pensarás, pero ¿Y si no puedo comprarlo? ¿Como me sentiré si me dices que X producto me causará una gran satisfacción y no puedo adquirlo? Así funciona, yo no voy a ir a la universidad a realizarme, pensar, disfrutar de la vida -a mi manera-... voy a moldearme como futuro consumidor. Un trabajador de verdad, sea ingeniero, administrativo, químico o periodista... todo se reduce a cobrar y comprar. La felicidad ya llegará.

Sigo en mi firme pensamiento de que este camino que estoy siguiendo, ahora con cierta ilusión por saber que me deparará el futuro, no es lo que yo realmente quiero para mi, pero si para criticarlo y pensar sobre él, tengo que pasar por sus redes cuatro años más, no me quedará otro remedio que hacerlo. La meta que el camino me marca, el objetivo, el final, no lo pasaré. No quiero convertirme en una réplica. No quiero que mi felicidad, mi libertad, esté embalada en una caja previo pago. Me engañarán de mil maneras diferentes, no lo niego, pero no me tragaré sus verdades. Nunca.

2 comentarios:

  1. ¿Porqué salen las f en negrita en tu texto?

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    1. En mi ordenador ninguna F está en negrita... cosas de la informática será.

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