miércoles, 28 de marzo de 2012

Piquete informativo:

A veces la sociedad te sorprende con acciones que no esperabas en un presente en el que la sumisión al poder está a la orden del día, y observas un movimiento reivindicatorio que (en teoría) busca mejoras sociales: la huelga. Mañana, si quieres y puedes, tienes la oportunidad reivindicar lo que creas conveniente: desde la reforma laboral, la subida de los precios o tu insatisfacción con todo. Como un menú de un restaurante tienes la libertad de elegir lo que quieras criticar, defender, repudiar y reclamar, convirtiéndote en un ciudadano molesto para políticos, autoridades y "peces gordos". Incluso, puedes ir a la huelga para reivindicar la eliminación del derecho a huelga...ya puestos a ser incoherentes, seámoslo bien. Hago referencia a este termino con el único fin de recalcar las disparidades ilógicas que se producen en nuestro cerebro. Estas pueden ser fruto de una desinformación, no por no ver las noticias ni los periódicos, sino por hacer caso de lo que no es cierto. Esto no solo se aplica a conocimientos sobre la reforma laboral (gran protagonista del 29-M), sino sobre todo lo que le precede. La crisis, la presión de Europa sobre España, recortes y, por último, la reforma laboral. Para que el punto de vista no se limite a posicionarse en la izquierda o en la derecha, a continuación dictaré las ideas que tiene un servidor sobre la situación actual, que ya está teniendo un color añejo, pero sigue teniendo un protagonismo forzado.
Para comenzar a ordenar esta historia de terror, comparable con los estrenos mas escalofriantes en el cine, empezaré por el título más repetido: La crisis.
Esta situación económica se podría definir simplemente como la época en la que los especuladores  ven como sus cuentas bancarias en paraísos fiscales crecen como la espuma y como el ciclo que los gobiernos magnifican y alargan para poder llevar a cabo estrategias nos lleven al capitalismo mas extremista. Gracias a este periodo, sea cual sea la ideología partidista, el poder soberano del pueblo quedará subordinado por las entidades de presión y especulación, sinónimos del Fondo monetario internacional y del Banco central europeo. Aunque pueda parecer paradójico, esta situación tiene beneficios, ya que si no fuera así, los miles de emperchados políticos, grandes lujuriosos empresarios e influyentes grupos de presión, habrían solucionado tal situación. La realidad es otra; aquí seguimos, anegados en noticias de quiebra económica, austeridad total y sangrado continuo. ¿De verdad te crees que este gente, la responsable de no solucionar el hambre en el mundo, se va a apenar por unos pobres españoles que se quejan de vez en cuando?
Continuando con este camino de espinas con forma de euro, y de discursos con tono populista, nos encontramos con Europa, ese continente preocupado por las personas y que cuida del planeta con amor y esmero. Eso me cuentan los libros de texto, pero al realidad es muy distinta. La presión que ejerce esta entidad empresarial/política/económica/especuladora/ultra-capitalista se traduce en una sumisión por parte del gobierno español, que no es capaz superar ese "miedo a los mercados" tan popular entre las disculpas que nos dan ante las duras medidas que nos cargan en las espaldas. Servicios públicos, desde sanidad hasta la educación, haciendo un largo recorrido entre otros servicios del estado, son duramente maltratados, privatizando lo incomprensible, beneficiando a las grandes empresas, en detrimento del estado de bienestar.
Acabando con este resumen, que ninguna validez tendría ante los ojos de cualquier político, toca referirnos a la segunda reforma electoral que azota a España, cada una más extremista que la anterior, quedando por confirmado el proceso paulatino para extremizar el capitalismo que se está llevando a cabo en el mundo. Esta, entre otras características, desprotege al trabajador, quedando completamente desnudo ante el poder del empresario, quien decide (sin ningún poder sindical) cuanto tienes que trabajar y cobrar. Si no te gusta "A la puta calle". En palabras del gobierno: Mejora la flexibilidad laboral. También hay que recordar que se abarata el despido y e aumenta el periodo de prueba a un año. Lo que nos viene a decir que un trabajador, cobrando cada vez menos y trabajando cada vez más, vive con el miedo continuo a ser despedido con un beso y no con una indemnización justa.
Esta es la realidad: Triste y con muchas mentiras. El ciudadano, cuando tiene una ligera idea de lo que está pasando, se siente en la obligación de quejarse, aunque las repercusiones que caigan contra él sean funestas. Probablemente la huelga no tenga el éxito esperado, pasándose ese premio a la reforma laboral. Si los trabajadores tienen miedo, ha sido todo un éxito.
Buena suerte.

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